Bueno gente, les voy a contar mi historia, con mi Torino Grand Routier modelo 1981. Como muchos de ustedes, de chico, siempre soñaba con tener un Torino, y cada vez que veía pasar alguno se me caía la "baba". Ni les cuento, cuando pasaba frente a un concesionario, y lo veía en el salón de ventas, o cuando pasaba por la puerta del concesionario Lutteral, en avenida Libertador, quedaba siempre como el tango: "con la ñata contra el vidrio". Finalmente, a mis 27 años, un 31 de Julio de 1991, cumplí con mi sueño, y me compré "La Leyenda". El auto estaba en bastante buen estado, con algunos detalles, pero entero en general. Lo elegí, porque tenía todo el tapizado (pana azul "concorde") sano, el tablero en perfecto estado, y las cinco llantas simil ZX. En los primeros años, realmente lo gasté de tanto andarlo. Le coloqué un equipo de GNC Galileo. Finalmente, allá por el '96, cambié de trabajo, y el toro, empezó a descansar, pero continuó siendo, el auto de la familia, para pasear, o mismo, irnos de vacaciones. Al año de haberlo comprado, en agosto del '92, le rectificamos el motor a 0km. El trabajo, lo hizo una firma, hoy desaparecida ("Gimper aros") de la zona de Santos Lugares, y realmente fue de lujo. Lo único, que en ese momento, no le cambiamos fue el árbol de levas, y los botadores. En el año '99, le llegó el turno a la restauración total de la carrocería. El auto, se peló a chapa. Le cambié el frente inferior (conseguí original Renault); los guardabarros delanteros, los zócalos, los cuatro paneles de puerta (originales también), tapa de baúl, y reparación de cola y guardabarros traseros. El piso estaba inmaculado, y solo se trabajó en el del baúl. Se le sacaron parabrisas y luneta, y desarmaron por completo las puertas. Estuve, más de seis meses, yendo a diario a ver al chapista (sí, soy un "sicótico" con el Torino!!!), para charlar con él, y conversando sobre los avances, o a veces tomando decisiones en común. (El pobre Don Carlos, fallecío el año pasado, pero ahora, me tiene que aguantar su hijo). Bueno, el auto, se lo pintó de color "Rojo perlado Rolls Royce" bicapa. El trabajo me dejó muy satisfecho. En esas condiciones, y ya sin GNC (¡¡que placer sacárselo!!),siguié siendo el auto familiar, sobre todo para las vacaciones.
A todo esto, el motor, que había reacondicionado en el '92, ya tenía bastantes kms., y siempre tuve la idea de potenciarlo. En el año 2006, fuí a la primera fecha de "300 Libre", en el "Buenos Aires Drag Racing", con un amigo dedicado a la preparación de motores de competición. Medio que le tiré la "onda", y a los pocos, meses, Orlando (mi amigo), me dice: "bueno, vamos a preparar el Torino". Ahí empezó otra historia, que en el siguiente post, se las sigo contando.
Acá les dejo algunas fotos del auto (tenía más, pero no las encuentro), donde se lo vé en el autódromo de "Las Flores", en el picódromo este año; el tapizado nuevo, las barras cromadas, volante laqueado a nuevo y el estado del motor, desarmado hace unos meses.








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"Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio".