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La conversión es fácil, pero las preocupaciones generadas por los usuarios y mecánicos desactualizados causa miedo en algunos casos al momento de tomar la decisión”, señala el ingeniero norteamericano Richard Wildman, un especialista en el diseño de motores a GNC.
De acuerdo con Wildman, muchos usuarios piensan que el gas:
* Forma depósitos en la cámara de combustión y el escape;
* reseca los pistones;
* causa mayor desgaste del motor;
* permite el uso de un aceite barato;
* hace que el propulsor tenga que ser reparado con mayor frecuencia;
* quita potencia al motor.
Mientras es verdad que hay una pequeña pérdida de potencia (esta merma es similar a la que genera para operar el aire acondicionado o abrir una ventanilla a 80 km/h en la ruta, todos los demás son mitos, y como tales totalmente falsos.
Cómo evitar problemas
Antes que nada debemos entender que un motor en mal estado nunca debería ser convertido a GNC. Si el propulsor no tiene compresión, si le falta o falla el termostato, si el agua del radiador no contiene aditivo anticorrosivo, o si el ventilador no está funcionando bien, no mejorará su rendimiento con el gas natural.
Hay muchos conductores que llegan al taller para la conversión y que no quieren cambiar un termostato defectuoso, bujías muy desgastadas, o hacer las reparaciones que ya requiere el vehículo. No se puede esperar buenos resultados del motor en mal estado. Si el mecánico no recomienda una reparación de piezas que presentan fallas —cambio de bujías, instalación de termostato u otro componente que esté defectuoso—, es un mecánico que no tiene conciencia y la conversión no resultará satisfactoria.
Ventajas del GNC
La quema del gas natural es más completa, ocurre a mayores temperaturas y, por ser más limpia que la combustión de la nafta, no ensucia el aceite tanto como ésta, ni lo contamina por su escape de gases. Pero esta limpieza depende mucho de la temperatura de la combustión.
Cuando el motor está operando muy frío, forma depósitos blancos o amarillos en los cilindros, los pistones, las válvulas y el escape. Según dice el ingeniero Wildman: “Todos los días se encuentran autos a gas con el caño de escape amarillo”. Estos depósitos son causados por la nitración (reacción química) que afecta al aceite lubricante. Esto indica un motor operando muy frío, por ejemplo, porque no funciona el termostato o se lo han quitado, o está usando un aceite de baja calidad, formando depósitos y acortando la vida útil del motor y del propio aceite.
Si operamos el motor con el termostato correcto, el ventilador correcto y el líquido refrigerante adecuado, podemos mantener la temperatura en el rango ideal para ese motor, y caminar de 10 a 15 años sin tocar el propulsor con un equipo de conversión de GNC instalado.
Resecado del motor
Un caño de escape amarillo es un síntoma de combustión fría, mezcla incorrecta de aire y gas, aceite de mala calidad, avance al encendido inadecuado, o una combinación de estos problemas. El mantenimiento preventivo dicta que debemos corregir el problema de temperatura o aceite antes de permitir la acumulación de depósitos en la cámara de combustión.
Si el motor se mantiene permanentemente frío a causa de algún problema en su sistema de enfriamiento, se reducirá la potencia, la eficacia y la economía de combustible.
El supuesto "resecado" del motor se refiere a los depósitos formados por la nitración y la falta de depósitos carbonosos "normales" a los ojos del mecánico.
Los mecánicos están acostumbrados a ver depósitos húmedos, formados por carbón saturado por nafta. Debido a que el GNC no es líquido a temperatura ambiente, no humedece los pocos depósitos que forman o que existían. Los únicos depósitos que deberíamos ver son los residuos de los aditivos órgano-metálicos utilizados en el aceite.
Estos depósitos son minimizados cuando el aceite es de última generación, especialmente formulado para motores a GNC, y el motor no tiene desgaste que causa la quema de aceite. Entre los millones de autos convertidos a gas en el mundo, no hay ninguna evidencia de rectificaciones más frecuentes en motores convertidos a GNC que en motores a nafta.
En realidad, si todo lo demás no varía, el desgaste es menor porque no existe la posibilidad de dilución del aceite por parte, por ejemplo, de un inyector que no funciona bien y ocasiona derrames. Esto se aplica por supuesto a los motores a GNC "dedicados" que sólo queman gas natural, aunque también, y en menor medida, a los motores bi-combustible pero que la mayor parte del tiempo operan con GNC.
El aceite
Después de la temperatura del motor, el factor más importante en el desempeño y vida útil del motor convertido a gas es el aceite. En esto hay que combatir el mito de que el gas no demanda tanto al aceite y que se pueden usar aceites de menor calidad.
La diferencia primaria entre el aceite para motor a gas natural y otros aceites de motores de combustión interna es la necesidad de resistir los niveles de degradación del aceite causada por el proceso de combustión del gas, que tiene como resultado la acumulación de óxido de nitrógeno. Esta condición, llamada nitración, se debe controlar regularmente para mejorar su vida útil.
En el mercado existen aceites para motores a GNC con gran resistencia a la nitración y a la oxidación, que incluyen en su formulación un paquete de aditivos especiales. Estos lubricantes pueden ser de base mineral, semisintéticos o bien totalmente sintéticos, y son los más indicados para sacar el mejor provecho de nuestro motor convertido a GNC. Luego de trabajar unos 8.000 kilómetros en el motor, no han demostrado ningún signo de deterioro de oxidación o nitración y conservan intactas sus propiedades para la protección de la máquina.
**Editado por el Loko**
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