En esto no tenía rival... En la cuadra de la calle Carranza, en mi querido barrio de Paternal, no había con que darle a mi Torino de Nugil alla por finales de las 70’s.
Básicamente se trataba de carreras de autos de plástico inflado, de entre 12 a 15 cm. (escala 1/32 más o menos)
dado que estos vehículos se impulsaban por “mano-control” se lo cortaba por debajo y se lo rellenaba con masilla, tuercas, bulones y con plastilina las últimas versiones. Esto hacía a que a consecuencia del peso, las distancias que recorrídas fueran mucho mayor, así como tambien la estabilidad del mismo.
La modificación fundamental fue sin duda la sustitución de las ruedas delanteras por una cucharita, esto le daba un recorrido realmente largo. Se podía llegar, siempre y cuando los ejes y ruedas lo soporten, hasta media cuadra (50 mts. aprox.). Por lo general pintábamos con tiza los circuitos y usábamos el reglamento “el que se va de pista, vuelve atrás”. También teníamos la temporada de verano. Se corría en la playa y los autos utilizados eran los F-1 (sin cucharita). Me acuerdo de la Ferrari de Giles Villeneuve y el lotus verde del Lole con las calcos de Essex.
Como nos encariñábamos con los autos y le buscábamos "el desarrollo" para que pique más. Mucho no había para innovar, pero nos gustaba creer que si.
Lo loco de esto, es que jugábamos en plena calle ... hoy sería imposible hacerlo.
Los fabricantes que recuerdo: Nugil, Baltasar y Pimpinela como los más importantes. Las matrices estaban muy bien logradas, teníamos variedad de modelos para todos los gustos: Torino, Peugeot 504, Fiat 600, Cupe 1600, Torino Liebre entre otros.
Gracias a personas como Walter Muñoz (puesto Pque Rivadavia) y Marcelo Vivo (ESPN) , durante el 2006 tuve la oportunidad de correr un par de carreritas en Parque Rivadavia y les aseguro que allí había mucha pasión y adrenalina. Era emocionante ver a Padres e hijos corriendo en equipo. Chicos de 10 o 12 años que crecieron con el videogame disfrutar de ese momento. Por supuesto que no faltaron las peleas y discusiones, la idea era pasarla bien y si se podía ganar... mejor.
Seguramente este año se organice un “gran premio” y ahí estaremos firmes con la cucharita.
A veces paso manejando mi auto por aquella calle Carranza de mi infancia y miro ese asfalto donde dibujábamos la pista. Quiero detener mi marcha, pero el bondi 109 me hace luces, quiero reconocer ese pedacito de calle tan familiar para mí, quiero bajarme y jugar con mi autito en esa pista imaginaria, pero me doy cuenta que ya estoy grande para eso y mis viejos amigos ya no están, seguro los llamaron para comer. Vuelvo a mi casa, enciendo la PlayStation, mientras pasa la presentación del Toca Driver pienso: “que lindo fue ser el protagonista de mi propia vida”.
Fuente: www.gusti-toys.com.ar
