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"-Voy a guardar el bolso en el baúl, Roberto.
-No lo abras, no lo abras que está lleno.
-¿Y esto?¿Qué hacés con tantas zapatillas?¿Vas a poner un local?
-Calláte, calláte. Cerrá y no digas nada.
Estas zapatillas iban al hogar "Mi Casa Grande", de la localidad bonaerense de Carlos Casares. Ese era el destino de ese y otros tantos baúles del auto de Roberto José MOURAS, llenos de alimentos, juguetes y otras necesidades para los chicos de ese hogar. El "toro", casi siempre lo hacía solo, todo esto. No quería que nadie se enterara, ni que su idolatría se acrecentara por ese tipo de actitudes. Hoy, MOURAS, no podría creer que hay pilotos o jefes de prensa de éstos que llaman a las redacciones, para avisar que van a ir a un hospital a llevar regalos.
Los ídolos, como Roberto, hoy pasarían casi inadvertidos, con su perfil bajo, su desapego por la polémica y su vida privada tan...privada. Los medios y las empresas ahora necesitan personajes con mayor exposición, con declaraciones irónicas, con opiniones jugadas sobre todos los temas, y si es posible, con talento. A él, le sobraba esto último. Por algo, ganó 50 finales, de las 259 en que participó. Nunca habría aceptado todos los homenajes, que se le hicieron, desde que murió.
El tiempo, descubrió quién era MOURAS. Aunque él intentó vender una imagen cambiada. Tuvo que morirse para que aparecieron padres de distintos lugares a contar que el piloto les pagó operaciones que salvaron a sus hijos, a cambio de que no dijeran nada. Atención: hoy también hay pilotos y deportistas que hacen lo mismo que Roberto. Y nadie se entera. Son los que lo hacen de corazón. Son los que merecen ser ídolos"
Ayer, me acordaba que hoy, 22 de Noviembre, se cumplirían 15 años de la desaparición del "Príncipe de Carlos Casares". Les pensaba emplomar la vida, con su biografía, o su carrera deportiva, pero prefería, marcar una diferencia, con otros "ídolos" del automovilismo, y me pareció muy interesante, resumir un poco, lo que el señor Gastón MASTROLÍA, director de la revista CORSA, escribe en el editorial de su publicación, de esta semana. MOURAS, como tantos otros grandes pilotos, que comenzaron sus carreras deportivas a comienzos de la década del '70, la inició a bordo de un Torino 380 w, en el Anexo "J", y luego en el TC, con la misma marca. Un tipo sumamente respetuoso de la gente, sus rivales, y preparadores, a los cuales, jamás les faltó el respeto, ni le pegó un portazo al auto, cuando este no funcionaba, ni tuvo diferentes "discursos" frente a la prensa. Un abrazo.
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"Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio".
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